Encontrar tu sitio y dejarlo sangrar
Una vez conocí a un profesor que ni siquiera me dio clases. Era un encanto de persona, a ratos tímido y a ratos extraordinariamente hablador. Como no me daba clases, no podía hablar… Sigue leyendo
Una vez conocí a un profesor que ni siquiera me dio clases. Era un encanto de persona, a ratos tímido y a ratos extraordinariamente hablador. Como no me daba clases, no podía hablar… Sigue leyendo
Hace unos días comencé, como si no tuviese ya suficiente, un libro de Almudena Grandes, en gran medida movida por la curiosidad que me producía el hecho de que mi novio me había… Sigue leyendo