LOS GOYA 2014: MARCA ESPAÑA

Goyaportada

Querido lector, las estrellas adoran sumarse a una fiesta conjunta celebrada anualmente y de temática cultural, fílmica, a pesar de ser retransmitida en la “pequeña pantalla”, bien sea por figurar o por disfrutar, pero les encanta. Anoche, mientras la mitad del país se disputaba con la ciclogénesis que azota nuestra península quién se sentaba en el sofá y quién no, se celebró la noche más importante del cine español, Los Goya, y como tal, hoy es día de tratar el tema.

Sin embargo, mi ignorancia patente con respecto a la cinematografía española y mundial en general me impide acercarme, detenerme en las diversas películas nominadas, de modo que daremos una vuelta de tuerca para que no se note y fijarnos en esos detalles que a todos nos llaman la atención pero que una vez acabada la gala parece que olvidamos:

LA ALFOMBRA ROJA

Seamos realistas, si por algo adoran las celebrities en general su condición de famosos es por la posibilidad de acudir a alfombras rojas a lucir modelitos adquiridos en las grandes firmas de la moda mundial. Y, la verdad, no es tarea fácil. En primer lugar los hay quienes llegan pronto, como Inma Cuesta o Berto Romero, de los primeros en la noche de ayer, inteligentes como nadie para no retrasar su photocall y sentarse al calentito desde las 20:00h. Tuvieron suerte ya que la falta de invitados en ese momento les permitió posar durante un mayor tiempo para los fotógrafos y medios de comunicación allí congregados que, como siempre, se disputaban en codazos y gritos de “¡al centro!” “¡Aquí!” “¡Inma, que a mí no me has mirado!” y derivados.

Realmente me apasiona ver cómo tratan de llamar la atención de los famosos para capturar la instantánea. Es ahí donde sale a relucir el piropo español de toda la vida, como el gran “eres más hermosa que un tractor recién pintado”, o modificado en términos cinematográficos: “brillas más que el paseo de la fama”. Sin duda para ser fotógrafo hay que ser ocurrente y en estas galas más. Creo sinceramente que los propios medios se pican entre ellos para ver quién dice el piropo más currado, como una batalla de gallos pero sin rimas.

Sin salir del mismo lugar, incluso del mismo momento, debemos destacar las posiciones imposibles que, sobre todo las actrices, toman. Por si no fuera poco mantenerse en pie en unos tacones de taitantos centímetros con plataforma, e ir embutida en un vestido que te resta un 40% la respiración, encima logra tú sonreír para la foto. Bueno, pues lo hacen. Pero vamos a ver, ¿cómo? ¿En las escuelas de arte dramático hay una clase dedicada a “Posar en el photocall”? Lo gracioso del asunto es que, las más temerarias, además incluyen en su acrobacia vertical un giro del tronco que permite discernir el perfil de la actriz, en busca del lado bueno, mientras su espalda cae unos grados ante la gravedad. Para ir al Circo del Sol, vamos. Ya sólo por eso debería haber un apartado especial, un galardón, al “Mejor pose del photocall”.

LOS NÓVELES

Por suerte o por desgracia esta categoría siempre va a estar ahí, y siempre será igual de larga. Sin embargo, y a pesar de las críticas, todos les entendemos. Acabas de ganar el Goya al mejor actor/actriz revelación o al Director novel, entre otros, es normal que quieras dedicárselo a (cojan aire) “mi madre y a mi padre, a mi hermana, mi hermano, mi tío, mi tía, mi abuela la del pueblo que me estará viendo desde casa con la cabra Paquita ¡un saludo, abuela!, a mi cuñado que me decía que no dejase las aceitunas en el mosto que él se las comía por mí, a mi maestro Pepito Jacinto Trigueros Fernández a quien siempre recordaré, a la Academia, al ICAA (esto me hace mucha gracia, por cierto), a ti (véase nombre del Director del film) por tu paciencia y por escogerme y enseñarme todo en esta película, a la script y peluqueras por mantener mi moño siempre perfecto en cada toma, a Jacinta que es la dueña del ultramarinos de debajo de mi casa…” y así hasta las 02:00am.

Es normal que casi todos los años acaben mal de tiempo, tengamos en cuenta que ya sólo cuatro como estos reducen la probabilidad de espectáculo. ¿Qué ocurre en estos casos? Que el realizador de la gala no sabe qué cámara pinchar, el presentador no sabe si entrar o no, los invitados aplauden intermitentemente, el Goya se quiere suicidar desde el atril…  es casi entendible que Wert no fuese anoche a la gala, se lo vio venir. Por todo ello, creo que muchos de los televidentes que la pasada noche trataron de permanecer despiertos durante estas largas intervenciones estarán de acuerdo conmigo cuando digo: sois muchos, por favor, brevedad.

LOS MUSICALES

No sé por qué en este país se adora realizar pequeñas performance a base de musicales en directo. Debo ser el único ser sobre la tierra que piensa que los que actúan en ese instante sólo disminuyen su reputación y respeto, pero oye, tan respetable como cualquier otra cosa. Que claro, si fuese bonito, entretenido, vistoso… pues el espectáculo podría pasar, sin embargo, no sé si es por una maldición de mayor duración que la que Javier Cámara sufrió hasta anoche o por qué, pero en España siempre quedan mal. Sino sólo hay que recordar el capítulo musical de ‘Ana y los 7’… qué lástima, por dios.

El caso es que anoche lo volvieron a intentar. Por si no fuera poco el recuerdo todavía presente de Antonio Resines en una situación de vergonzosa equidad, volvimos a vivirlo, otra vez, como cada año. Eso sí, una cosa: “Dafne Fernández, hija mía, con lo que supone ponerse el vestido y posar, ¿por qué te metes en esos berenjenales? Si con lo que tuvo que costarte yo no me lo quitaba en días, aunque sólo fuese por amortizar…”

No obstante, y a pesar de las inclemencias meteorológicas, los trajes de marca en época de crisis, las escasas reivindicaciones de este año (opinión propia), las ausencias llamativas como la de Wert o Alex de la Iglesia (no comparables, lo sé), o  la pobre sobreactuación de un presentador excesivamente nervioso, anoche fue la GRAN noche del cine español. Ese cine que trata de buscarse un hueco en unas salas de exhibición sumisas ante las grandes majors; ese cine español que lucha día a día por subsistir, en mayor o menor medida, en un mercado desfavorable. Anoche fue LA NOCHE de ese cine español, anoche fue LA NOCHE de la auténtica Marca España.

— Miriam Puelles —