La cima se alcanzó en los ’70

Hablar a estas alturas de la vida sobre la veneración que tengo hacía los Monty Python no debería de sorprender a nadie. Me parecen los mejores humoristas que han existido. Tienen un humor tan surrealista, corrosivo, negro y crítico que me creo que están un peldaño por encima de cualquier genio del humor que puedan presentarme ahora mismo. Y no sólo eso, opino que fueron los humoristas más radicales que existirán nunca. Hicieron cosas que eran impensables hacer en una televisión pública en su momento (bendita BBC). Incluso hoy en día, alguno de sus gags nos parece aún sorprenden, casi 40 años después.

El contexto lo es todo. Da igual lo bestia que sea hoy en día Ricky Gervais o lo poco políticamente correcta que sea la serie de Louis CK; somos hijos de nuestro tiempo. Aunque hoy hagan cosas que escandalicen, en ningún momento podrán superar lo que los Monty Python hicieron en su día y por ello, creo que siempre serán superiores.

Sus sketches más populares son una pura lección de surrealismo humorístico:

El famoso Dead Parrot

O mi favorito, el Philosophers’ football match

Sin embargo, incluso en un país tan abierto como el Reino Unido, el programa de televisión estuvo peleándose con la censura en muchas ocasiones, aunque fueron capaces de superarla en la mayor parte de ellas. Sin embargo, hubo casos en las que no lo lograron. Por ejemplo, el sketch llamado Summarize Prousti en el que se usaba la palabra ‘masturbación’ y que fue muteado durante la emisión para ser eliminado más tarde. Otro caso fue el de ‘What a silly bunt’ en el que uno de los personajes tenían un problema con la pronunciación de la letra C, que pronunciaba como B (ya el propio título juega con esto en la diferencia entre bunt = tizón cunt = coño) que se acabó cortando sin llegar a ser emitido (aunque se acabaría sacando a la luz más tarde). Así muchos más casos.

Además, respondían en su propio programa a lo que se les criticaba. Durante la primera temporada de su Flying Circus alguien de la BBC les entregó una serie de cartas de protesta que se habían recibido en la cadena, en las que se les acusaba de comunistas, sacrílegos y promotores del mal ejemplo. Su respuesta fue clara: decidieron incluir las cartas en el show cambiando los nombres e inventando quejas realmente extravagantes y sin sentido.

En otra ocasión, sabiendo que la Reina hablaba en palacio sobre el programa hicieron un capítulo especial, donde en un momento específico detuvieron un sketch y obligaron a todo el público y técnicos del estudio a ponerse de pie con el himno de fondo.

Atacaban a lo que querían (e incluso se puede decir que debían). Por supuesto, si hay un gran caso destacable es el de Life of Brian (Terry Jones, 1979). La película más conocida del grupo fue censurada en muchos países donde no se pudo exhibir hasta mucho años después. La vida de Brian también sufrió recortes (entre ellos las escenas de un personaje llamada Otto y que claramente era un ataque a Hitler). A pesar de ello, el contenido de sátira religiosa (evidente por el tema) y política (todo lo que conlleva a los grupos de liberación de Judea no es más que una crítica a los grupos pro-izquierda que se daban en Inglaterra en los años ’70, cuya actitud asimilaba mucho a la mostrada por los Python) era tan alto que el grupo recibió gran número de ataques. De los que consiguió salir siempre con su característica forma de estar y el humor que mostraban en su obra. El caso más evidente es el debate al que John Cleese y Michael Palin acudieron en la BBC. Allí, ellos defendieron su película frente a Christian Malcolm Muggeridge (periodista británico muy católico) y Mervyn Stockwood (Obispo de Southwark).

Los Monty Python siempre serán recordados. Sino por ellos mismo, de alguna forma u otra, por el legado que llevan con ellos los grandes humoristas que les siguieron. Hoy en día es raro encontrar algún grupo o humorista que no se haya visto influido en mayor o menos medida por los Monty Python.

Sketches como este:

O los espectáculos de cómicos como el mencionado Ricky Gervais o (el no tan conocido en España, pero sí popular en Reino Unido y Estados Unidos) Eddie Izzard tienen gran influencia del grupo británico.

Esta influencia, por supuesto, llega hasta España. Es más que evidente en el caso de los populares Muchachada Nui. El humor absurdo, la inclusión de animaciones en los programas. Todo estaba en los Monty Python (no se vea esto como un descrédito hacía Muchachada Nui ni mucho menos. Como dije hace varias semanas ya, todo está inventado).

Pero es que incluso en cómicos más «convencionales» o a priori no tan similares en estilo a los Monty Python puede verse la influencia.  Como se puede ver al final del siguiente sketch, los Python solían muchas veces poner en evidencia el plató televisivo.

Eran muchas las ocasiones en las que los personajes pasaban de un set a otro, de sketch en sketch; durante la grabación del sketch. Jugaban con un metalenguaje constante en este sentido y que no se hacía hasta el momento (y que después se ha hecho únicamente en muy contadas ocasiones, pues es un recurso complicado y muy difícil de llevar a buen puerto).

Sabiendo esto es lógico decir cuál es la influencia clave en el siguiente video de José Mota.

Porque ahora nada conseguirá tener el efecto que tuvo en su momento las locuras que hicieron los Monty Python, primero porque incluso a día de hoy son locuras; y segundo porque se hicieron en un momento en el que no se tenía ni de cerca la libertad (supuesta) que se tiene hoy en día. Libertad que si bien se puede encontrar fácilmente en Internet a día de hoy (Funny or dieSolocomedia), no parece tampoco existir tanto en otros medios como el televisivo; pero que a pesar de ello es mayor por el simple hecho del cambio en el pensamiento de la sociedad.

El humor tocó techo en los años ’70. Se alcanzó la perfección. Se llegó a lo mejor que podía llegarse. De aquí en adelante, todo será tratar de acercarse a los dioses: Chapman, Cleese, Idle, Jones, Palin y Gilliam.

It’s…..

— Arturo M. Antolín —